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      	MEDITACIÓN
 
      MARÍA ACOMPAÑA A 
		CRISTO
		
 
 LOS PRINCIPALES MOMENTOS
 
 Anunciación (Lc.1,26-39) María acompaña a Cristo que es concebido 
		virginalmente por obra del Espíritu Santo y se entrega totalmente al 
		misterio como esclava en el amor.
 
 En la Visitación, María acompaña a Cristo que consagra a Juan en el 
		vientre de su Madre y proclama las grandezas del Señor con el canto del 
		Magnificat. (Lc.1,39-57).
 
 En el Nacimiento, María acompaña a Cristo, y lo recibe virginalmente 
		entre sus brazos por obra del Espíritu Santo, lo muestra a los pastores 
		(Lc.2,1-19), a los magos (Mt.2,1-13), y al mundo.
 
 En la Circuncisión y Presentación María acompaña a Cristo dando ejemplo 
		de obediencia y guardándolo todo en su corazón (Lc.2,19.51).
 
 En la huida a Egipto (Mt.2,13-23) María acompaña al Niño y lo protege al 
		calor de su corazón de Madre.
 
 En el hogar de Nazaret (Lc.2,51-52) María acompaña a Jesús como madre y 
		educadora.
 
 En el templo, María acompaña a Jesús comprendiendo como Madre que el 
		Hijo tiene que dedicarse a las cosas del Padre (Lc.2,40-50).
 
 En las bodas de Caná, María acompaña a Jesús, lo ayuda intercediendo por 
		la necesidad de los recién casados y nos orienta hacia su Hijo (Jo.2, 
		1-12).
 
 En la Cruz (Jo.19,25) María acompaña a su Hijo, acepta la misión de ser 
		Madre de los redimidos y lo recoge entre sus brazos.
 
 
		 
 
		
		ACOMPAÑA A LA IGLESIA
 María, porque acompaña a Cristo, acompaña al Cuerpo místico que es la 
		Iglesia desde el nacimiento de su actividad el día de Pentecostés. 
		Igualmente, la sigue acompañando y la asiste en sus necesidades como 
		Medianera universal
 (L. G. 62).
 
 
 ACOMPAÑA A LOS FIELES
 
 Maria nos ofrece a Cristo.
 
 María nos ofrece a Cristo y a la Iglesia. Por lo tanto, nos ofrece la 
		vida sobrenatural en los sacramentos y, centralmente, el Cuerpo y la 
		Sangre del Hijo en la Eucaristía.
 
 María es modelo "eminente y singular” (L.G.63).
 
 María es modelo eminente y singular de las virtudes que tenemos que 
		practicar. Nos marca el camino de la santificación y salvación. Es 
		Imagen de la vida futura que nos espera y precede con su luz al pueblo 
		peregrino.
 
 María intercede por nosotros (L.G.62) Los peregrinos acudimos a Ella en 
		las necesidades espirituales y materiales del camino.
 
 
 MARÍA ES ITINERARIO
 
 María se convierte así en itinerario de fe para los creyentes porque 
		cree a pesar de las apariencias humanas y se entrega sin condiciones (Lc.1, 
		38). Es itinerario de esperanza porque se apoya sólo en la palabra del 
		ángel que le habla de parte de Dios: "Es Señor está contigo"(Lc.1,28). 
		Es itinerario de amor porque entrega su alma y su cuerpo, todo su ser, 
		al plan del Padre (Lc.1,38).
 
 
 
 
      
  
 
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