La Virgen María (5)

María y el Plan de Salvación

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.


 
 



 

MEDITACIÓN
 

 

MARÍA Y EL PLAN DE SALVACIÓN

Cf. Red. Mat. 1-7. 48-51






LA PRESENCIA DE LA VIRGEN MARÍA

La Virgen María precede cronológicamente a Cristo. Ella culmina el adviento de la humanidad y anuncia la aurora de la salvación. Es la Estrella del mar que guía y conduce a Cristo, que atrae irresistiblemente hacia Él, hacia la Iglesia, hacia los Sacramentos, hacia el bien, hacia la santidad.


EL PLAN DE SALVACIÓN

María y el plan de salvación.

Dios quiere que todos los hombres se salven (Tes.4, 3). Dios Padre, por amor, quiere y decreta la salvación del hombre por medio de Jesucristo, nacido de la Virgen-Madre por obra del Espíritu Santo. "Al llegar la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo, nacido de mujer...para redimir… para que recibiéramos la filiación divina" (Ga. 4,4).

Adoramos el amor y la misericordia del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. En el rezo del Rosario, recordamos la realización del amor de Dios en Jesucristo, contemplando los principales misterios de nuestra salvación: la Infancia, la Vida pública, la Pasión y Muerte, la Resurrección y Ascensión al Cielo.

Los tiempos de Dios marcan la plenitud de su amor, de su misericordia, de la salvación. "Tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo… "(Jo.3,16). "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jo.1,14), nacido de María-Virgen, por obra del Espíritu Santo. Consecuentemente, Jesucristo nos congrega en la Iglesia por la redención y la gracia.

Es el tiempo redimido. Tiempo nuevo de reconciliación y paz.. El hombre redimido es el hombre nuevo que podrá ser constructor de la nueva civilización en la verdad y el amor.

María, el plan de salvación y la Iglesia.

María, al engendrar a Cristo, engendra espiritualmente a la Iglesia, cuerpo místico de Cristo. La Iglesia, instituida por Cristo, comienza a caminar visiblemente el día de Pentecostés, bajo la presencia de María. María, Asunta al Cielo en cuerpo y alma, precede a la Iglesia que peregrina en fe con la mirada puesta en Ella.

María es tipo y modelo de la Iglesia en la peregrinación hacia la consumación de los tiempos, hacia la Iglesia Celeste. La Asunción de María nos invita a recorrer el camino, nos atrae hacia el Cielo.


NUESTRA RESPUESTA

Estamos llamados a enmarcar nuestra vida en el plan de salvación para vivir en la Iglesia peregrina y poder alcanzar la Iglesia celeste. Nuestra respuesta ha de ser espiritual y doctrinal por medio de María.

Respuesta espiritual.

Siguiendo la recomendación de María que nos dice: "Haced lo que El os diga" (Jo.3, 4): Él, es Cristo.

Cristo nos llama a la conversión del pecado por el sacramento de la Reconciliación; nos invita a vivir y a perseverar en la vida de gracia, sirviéndonos de los medios que nos ofrece, principalmente de los sacramentos, centrados en la Eucaristía.

Cristo nos convoca al rezo y a la oración. María nos pide que demos un lugar destacado a la oración del Rosario.

Respuesta Doctrinal

Prestando atención a la formación cristiana, centrados en la gran tradición de la Iglesia y en el Concilio Vaticano II que proclamó a María, Madre de la Iglesia. Dando espacio a la lectura y escucha de la Palabra de Dios. Leyendo y estudiando el Catecismo de la Iglesia Católica… participando en los medios de formación que la Iglesia nos ofrece.

Consagrados a María porque “Ser totalmente de María es la mejor manera de ser totalmente de Cristo y de su Iglesia”. Con el Rosario en el corazón, en los labios y en las manos, agradeciendo el cumplimiento del plan de salvación y el lugar destacado de la Virgen María, pidiendo que todos los bautizados nos renovemos espiritual y apostólicamente y alcancemos la meta de la salvación.

 


 

    


 

 
 


             Autor: Fr. Carlos Lledó López, O.P.