MEDITACIÓN
INMACULADA
CONCEPCIÓN
DE SANTA MARÍA VIRGEN
CICLO B
La
definición dogmática de la Inmaculada Concepción de
María. La Solemnidad de la Inmaculada es una invitación a meditar en
María, Modelo de fidelidad al plan de Dios.
La Palabra de
Dios nos ayuda a meditar en las cualidades que adornan a la Inmaculada,
nueva Eva, Madre del Salvador, en la gracia excepcional que recibe,
privilegiadamente redimida por Cristo-Redentor, y en las virtudes heróicas que practica.
PRIMERA
LECTURA. Génesis, 3, 9-15. 20.
El plan de
Dios.
La primera
lectura orienta nuestra mirada a Dios, Origen y Padre de la familia
humana. Dios funda el primer hogar en Adán y Eva. Lo destina a la
perfección en la verdad y en el amor. Pero, la familia original altera el
plan de Dios rompiendo el orden a la verdad y amor sobrenaturales. Es el
pecado original.
Dios -Amor
misericordioso- se compadece de la familia humana y anuncia su
restauración.
El lugar de
María.
María será la nueva Eva, la nueva Madre, portadora de las
hostilidades entre la verdad y el error, entre el bien y el mal; y
portadora del triunfo porque el Redentor nacerá de Ella por obra del
Espíritu Santo.
María, la
nueva Eva, sigue estando en el centro de las hostilidades que no cesan y
que hoy, particularmente, afectan a la verdad y al amor.
María, la
nueva Madre de la familia humana, sigue siendo portadora del triunfo
porque sigue ofreciendo el misterio de Cristo. "Haced lo que El os diga"
(Cf. Jo. 2, 5).
Invocación
mariana.
Virgen Inmaculada: Tu invitación sigue resonando como clave
del triunfo del bien sobre el mal. Enséñanos cómo abrir las puertas del
corazón a Cristo, a su vida, a su gracia, haciendo lo que El nos dice.

SEGUNDA
LECTURA. Efesios, 1, 3-6. 11-12.
María, la
primera redimida.
María es la
primera redimida y Madre de los redimidos. Somos familia de Cristo porque
somos, con María, la familia de los redimidos.
Siguiendo la
doctrina de San Pablo podemos afirmar que, en Cristo, somos la familia de
los bendecidos en la gracia sobrenatural; de los elegidos para ser santos;
de los destinados a ser hijos adoptivos de Dios para "alabanza de su
gloria".
Todos somos
bendecidos, elegidos y destinados en Cristo. María lo es de forma única y
priveligiada. Por eso es Inmaculada Concepción. No contrae el pecado
original, es la llena de gracia, especialmente bendecida por el Señor.
Nosotros somos los bendecidos por la gracia del Bautismo que perdona el
pecado original; los elegidos para ser santos por la fidelidad a la gracia
bautismal; los destinados a alcanzar la plenitud como hijos adoptivos del
Padre.
María modelo
de fidelidad.
María es la
Virgen Inmaculada, absolutamente fiel al don de la gracia que recibe
privilegiada y excepcionalmente. Es modelo de nuestra fidelidad al don de
la gracia bautismal.
Nosotros
necesitamos alimentar la fidelidad por los sacramentos, especialmente la
Reconciliación y la Eucaristía; potenciarla por la virtud sobrenatural;
hacerla respirar por la oración, estimularla por la generosidad en el
sacrificio; protegerla por una filial devoción a María Inmaculada.
Invocación
mariana.
Virgen fiel,
Inmaculada Concepción: enséñanos a ser fieles a los medios de
santificación y perseverancia que Cristo, tu Hijo nos ofrece en la
Iglesia. Es posible vivir la pureza si somos fieles a los medios
sobrenaturales.
TERCERA
LECTURA. San Lucas, 1, 26-38.
El camino de
María.
Contemplamos
María Inmaculada, la llena de gracia, en el misterio de la Encarnación
Ella no tiene miedo. Es prototipo de valentía que dice SI al
anuncio del ángel y se entrega en fe a su misión de ser Madre-Virgen;
espera ciegamente el cumplimiento de la palabra de Dios apoyada en la
gracia divina; se entrega sin condiciones en esclavitud de amor.
Nuestro
camino.
Hemos de
recorrer el camino marcado por Dios Creador y Redentor. María es la
Estrella que ilumina nuestro itinerario de fe, esperanza y caridad.
Cultivemos la fe como adhesión a la Palabra y a la Vida que es Cristo en
la Iglesia. Cultivemos la esperanza recorriendo el camino apoyados en los
medios sobrenaturales que Cristo nos ofrece. Cultivemos la caridad
teologal con el conocimiento, amor e imitación de Cristo que se hizo
hombre, murió en la cruz y resucitó para santificarnos. Invoquemos a
María, también con el rezo del Rosario en familia para que Ella nos
obtenga las gracias que necesitamos.
Invocación
mariana.
Nos confiamos a la materna
intercesión de María Inmaculada. María: Tú eres la Madre del amor hermoso,
la Estrella que guía con seguridad nuestros pasos al encuentro del Señor.
La humilde doncella de Nazaret que ofreces al mundo el Verbo encarnado. Te
necesitamos, Madre Inmaculada. Nos consagramos totalmente a Ti.
|