MEDITACIONES
PARA EL AÑO LITÚRGICO
Guía
didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.
EXALTACIÓN DE LA SANTA
CRUZ

Lecturas:
Num.21,4-9.
Fil.2,6-11.
Jo.3,13-17.
La Fiesta de la
Sta.Cruz
Nos reunimos en
torno al altar en la Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz.
En la Cruz se
cumplió nuestro destino, porque "del costado abierto de Cristo muerto en
la Cruz, brotó el admirable sacramento de toda la Iglesia"[S.C.5] y en
la Iglesia se ofrece la salvación a cada uno de nosotros. En torno a la
Cruz todos estamos llamados a formar un único cuerpo y a vivir nuestra
vocación y crecimiento de creyentes"(O.R.874[85]2,1).
La prefiguración de la
Cruz.
La Cruz de Cristo
aparece prefigurada en la serpiente de bronce que Moisés hizo por
indicación del Señor (Num.21,4-9). Colocada en un estandarte y levantada
en alto, los mordidos por serpientes venenosas quedaban sanos al
mirarla. O sea, es un signo de salvación: el que le mira recupera la
vida y se libra del peligro de muerte.
La Cruz de Cristo.
Jesucristo, nos dirá
el Evangelio,"tiene que ser elevado" en el estandarte de la Cruz "para
que todo el que crea en Él tenga vida eterna (Jo.3,13-17).
"La familia humana
–decía el Siervo de Dios, Juan Pablo II- ha recibido en los mismos
comienzos de la historia, una herida mortal de la Serpiente antigua":es
el pecado original que se transmite por vía de generación. La familia
humana necesita mirar a Jesucristo que ha sido levantado en la Cruz:
Quienquiera que crea en Él, vea esta Cruz y en el Crucificado al
Redentor del mundo, mire con fe a la muerte redentora de Jesús sobre la
Cruz, encuentra en Él la fuerza de la vida eterna. Por su poder, el
pecado es superado. El pueblo recibe el perdón de sus pecados al precio
de sacrificio de Cristo, encuentra de nuevo la vida de Dios que ha
perdido por el pecado" (O.R.1.034[88]7,2).
La entrega de Cristo en
la Cruz.
En la Cruz,
contemplamos a Cristo totalmente entregado a la voluntad del Padre por
nuestra salvación. Por eso,"no hizo alarde de su categoría de Dios";se
despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de
tantos"; "se rebajó hasta someterse a la muerte, y una muerte de cruz"
Por eso, Dios lo exaltó y le concedió el "Nombre sobre todo nombre";de
modo que al nombre de Jesús, toda rodilla se doble y toda lengua
proclame: "¡Jesucristo es Señor, para gloria de Dios
Padre!"((Fil.2,6-11).
La exaltación del
hombre.
En la Cruz de
Cristo,"está la exaltación del hombre a la vida de Dios, a la gloria del
Señor crucificado y resucitado. En tanto en cuanto seamos servidores de
la Cruz de Cristo, lo seremos de la Iglesia y del hombre llamado a la
Redención. Por eso, la Cruz es el alma y el corazón de la Compañía de la
Cruz.
La doctrina del Sínodo.
Recordamos las
"sugerencias" del Sínodo extraordinario de 1985(20º aniversario del
Concilio Vaticano II):"Nos parece que en las dificultades actuales Dios
quiere enseñarnos, de manera más profunda, el valor, la importancia y la
centralidad de la Cruz de Jesucristo... En este contexto, examínese de
nuevo qué es y cómo ha de llevarse a la práctica la teología de la Cruz
y el misterio pascual en la predicación, en los sacramentos y en la vida
de la Iglesia" (R. F. II, D, 2. 7.).
Servidores de la Cruz.
Por lo tanto,
estamos llamados a ser servidores del misterio de la exaltación de la
Sta. Cruz. Esto es, a acoger el amor donación que el Padre hace de su
Hijo en la Cruz, y a proclamar que cada hombre está llamado, desde la
Cruz, a la comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Cristo "fue elevado
en la cruz, aceptó la infamia y la muerte de modo que el hombre pudiese
vivir; que pudiese tener vida eterna". Nosotros hemos de "dar testimonio
ante todas las gentes de este misterio salvífico que une en la Cruz al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo".Hemos de "dar testimonio de la Cruz
de Cristo, a través de la cual el hombre ha sido elevado" (O.R.ut s.,2).
Testigos de la Cruz.
Para dar testimonio
hemos de ser testigos. Lo somos cuando cultivamos la intimidad con
Cristo que nos permite palpar el misterio para atraer a los hombres a
nuestra comunión. Por eso, necesitamos recibir asiduamente el sacramento
de la Reconciliación, ser hombres y mujeres de oración, practicar las
virtudes cristianas, encomendarnos filialmente a la Virgen, también con
el rezo del Rosario...y todo ordenado a la Eucaristía, acción principal
y cumbre de la Iglesia.
Con la Virgen María.
La exaltación de la
Cruz es, consecuentemente, la Exaltación de la Virgen. Ella está junto a
la Cruz, abrazada a la Cruz, entregándose con Cristo al Padre y gritando
maternalmente al mundo la fuerza salvífica que se desprende del misterio
de la Cruz.

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